Una regulación cambiante y un escenario de mercado en evolución constante han otorgado mayor protagonismo a los riesgos de tipo no financieros como los que afectan a los ámbitos legal, reputacional o tecnológico. Las posibles responsabilidades legales y sus costes, que no siempre son visibles inicialmente, son múltiples y pueden afectar a muchas de las dimensiones del negocio.
Contribuimos a impulsar la cultura de cumplimiento normativo (compliance) de las empresas y de las administraciones públicas asesorando en el diseño e implantación de sistemas de gestión y modelos de organización de programas de prevención de delitos.
Aplicando nuestra metodología de trabajo ajustable a diferentes requisitos legales, ayudamos a desarrollar las medidas de control interno necesarias para su puesta en marcha y a realizar de manera simultánea el análisis y evaluación de los riesgos no financieros (riesgos ASG, ambientales, sociales y de gobernanza).