México: Se cumplen 25 años de libre comercio con la Unión Europea
El Tratado de Libre Comercio entre México y la Unión Europea (TLCUEM) cumple 25 años de vigencia, consolidándose como uno de los acuerdos más relevantes entre los múltiples firmados por México. Desde su entrada, en vigor en el año 2000, ha fortalecido significativamente las relaciones bilaterales, impulsando el comercio, la inversión y la cooperación. A lo largo de los años, el tratado ha sido modernizado para adaptarse a los cambios globales y a las necesidades de ambas partes.
En diciembre de 1997, México y la Unión Europea (UE) firmaron el Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación, que es parte fundamental del marco legal que rige las relaciones jurídicas en diversas materias entre dichas partes.
Este acuerdo, que entró en vigor en el año 2000, es también conocido como el “Acuerdo Global” (AG) por su amplia cobertura en temas de carácter económico, político y de cooperación, siendo estos dos últimos los conceptos particulares a dicho acuerdo, ya que no se incluyen en otros acuerdos de esta misma naturaleza.
El AG, en su parte económica, se integra por las llamadas “decisiones conjuntas”. L la primera hace referencia a la liberalización del comercio de bienes y se encuentra en vigor desde el 1º de julio de 2000, y la segunda es relativa a la liberalización del comercio de servicios y movimientos de capitales, inversión y propiedad intelectual, y está vigente desde el 1º de marzo de 2001.
A continuación, hacemos un repaso por los principales hitos relativos a este acuerdo:
- Las relaciones entre México y la Unión Europea inician en 1997.
- En diciembre de 1997 se formaliza el Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación (AG).
- México es el primer país latinoamericano en firmar un acuerdo internacional con la UE.
- Dicho acuerdo entró en vigor en julio de 2000, primero con 15 países miembros de la UE y posteriormente se extendió a los 28 países miembros de la UE.
Ambas “decisiones conjuntas” son precisamente lo que se conoce como el Tratado de Libre Comercio entre México y la UE (TLCUEM), que, a lo largo de los años, ha sufrido diversas modificaciones derivadas tanto de la incorporación como de la salida de los Estados miembros de la UE, desarrollo tecnológico, acuerdos en materia de clasificación arancelaria, etc.
La celebración e implementación del TLCUEM busca, entre otros:
- Fortalecimiento de las relaciones comerciales entre los países miembros.
- Integración internacional.
- Crecimiento económico.
- Desarrollo de inversión extranjera.
- Mayores transacciones comerciales entre ambos.
En adición a lo anterior, los tratados de libre comercio también presentan la ventaja de contar con diversas cláusulas en materia de protección a las inversiones de las empresas trasnacionales, otorgando a los inversionistas la protección para evitar que el Estado anfitrión lleve a cabo acciones que puedan ser consideradas como contrarias a los principios establecidos en el propio acuerdo.
En abril de 2018, Mexico y la UE hicieron diversas actualizaciones al tratado, concluyendo con la novena ronda de negociación para la modernización del TLCUEM. Derivado de ello, el TLCUEM se actualizó en tres partes fundamentales como son la ampliación, el fortalecimiento de inversiones y la inclusión de nuevos capítulos y sectores entre los que destacan:
- Obstáculos técnicos a las importaciones y exportaciones.
- Empresas propiedad del Estado.
- Subsidios.
- Comercialización de servicios (particularmente reglamentación nacional).
- Telecomunicaciones.
- Transporte marítimo.
- Servicios de entrega.
- Anticorrupción.
El TLCUEM es responsable de gran parte del volumen comercial entre México y la UE, siendo actualmente esta el tercer socio comercial de México, después de los Estados Unidos de América y China.
Derivado de las últimas modificaciones es probable que, a la entrada en vigor de estas, se obtengan importantes beneficios para ambas partes tales como:
- Eliminación de prácticamente todos los aranceles sobre los productos agrícolas que no estaban liberalizados.
- Simplificación de procedimientos aduaneros.
- Establecimiento de normas progresivas en materia de desarrollo sostenible.
- Combate a la corrupción en los sectores público y privado.
- Ampliación de acceso a los mercados de contratación pública.
- Mayor nivel de protección a los derechos de propiedad intelectual.
- Apertura del comercio de servicios (servicios financieros, transporte, comercio electrónico, telecomunicaciones, etc.).
Actualmente la UE es para México una de las mayores fuentes de inversión extranjera directa (IED) sumando cerca de 20,000 empresas con capital europeo en este país. Entre los principales Estados miembros de la UE que invierten en México y concentran la mayor parte de la inversión directa de la UE se encuentran España, Países Bajos, Alemania y Francia.
Los anteriores beneficios, junto con la actual situación geopolítica, presentan grandes oportunidades para las inversiones europeas de utilizar a México como una plataforma para la producción de diversos bienes terminados cuyo destino final sea bien la misma UE, bien otros mercados en países con los que México tiene un tratado de libre comercio y que puedan otorgar beneficios relativos a menores aranceles o tarifas aduaneras en su importación. Esto puede representar una gran ventaja en costos y acceso a diversos mercados, lo que, en esencia, representa uno de los grandes motivos para la existencia de procesos de nearshoring, reshoring y outshoring.
En fechas recientes, diversos países que han sido sujetos de mayores aranceles en algunos mercados han mostrado un interés particular en utilizar a México como una jurisdicción en la que los procesos productivos pueden representar un beneficio en el costo derivado de tarifas e impuestos de importación en los países de destino final, tomando ventaja de los diversos tratados y acuerdos comerciales de los que México es parte.
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