Publicaciones

Garrigues

ELIGE TU PAÍS / ESCOLHA O SEU PAÍS / CHOOSE YOUR COUNTRY / WYBIERZ SWÓJ KRAJ / 选择您的国家

Socimi hotelera Costa del Sol.

 | Sur.
Pedro Fernández - Dpto. Fiscal

Nuestra industria de alojamiento vacacional, tanto hotelera como apartamentos con servicio, es consciente de la necesidad de explorar todas las fuentes de mejora de competitividad.

En las cada vez más conocidas SOCIMIS –acrónimo de sociedad cotizada de Inversión en el mercado inmobiliario- encontrarán nuestros empresarios hoteleros una posibilidad interesante. Se trataría de ofrecer al público inversor acciones en estas sociedades, especializadas en la inversión en edificios hoteleros que serían arrendados a los propios empresarios.

A causa del incentivo fiscal que se le ha otorgado por ley, esta figura permite aumentar la rentabilidad del accionista. Esta reducción del coste de capital permitiría al empresario hotelero liberar recursos, netos del coste de gestión de la SOCIMI, para mejorar su oferta en el mercado en el mix de calidad-precio que elija.

Aprovechar esta oportunidad exige que el empresario se acostumbre a la idea de que tener y explotar un hotel no pasa necesariamente  por ser el propietario del inmueble. Pasaría a ser un inquilino, eso sí, con un contrato a largo plazo y con las debidas garantías. Esto realmente no es ninguna novedad en el mercado hotelero, aunque  en nuestro país su uso se ha extendido mucho menos que en otros competidores. Y precisamente la falta de una figura como la de las SOCIMIS, ya veterana en otros mercados, explica parte de ese subdesarrollo del producto hotelero en arrendamiento.

En esos otros mercados más desarrollados, ha ocurrido con el paso del tiempo que no sólo el incentivo fiscal ha permitido reducir el coste del capital, sino también la proliferación de empresas especializadas en la construcción y mantenimientos de edificios hoteleros, y la especialización, por regla general, aporta valor.

Además del efecto positivo en la rentabilidad del accionista, el régimen legal de la SOCIMI incluye notas que contribuyen a su atractivo para competir en la captación de ahorro: su carácter de sociedad cotizada, con la consiguiente mayor transparencia y liquidez para el inversor, y la obligación impuesta de distribución de dividendos.

Estas innovaciones siempre requieren pioneros. Podrían ser algunos empresarios de la Costa que junto con una entidad financiera especializada diesen el primer paso. Los accionistas fundadores de la compañía serían la entidad financiera que aportaría efectivo y los empresarios que aportarían algunos hoteles ya en funcionamiento. La presencia del efectivo inicial no sería necesaria pero seguramente ayudaría a la negociación requerida entre los hoteleros para acordar el valor relativo de sus inmuebles aportados y los términos de los contratos de alquiler. A partir de ahí la entidad comercializaría las acciones en el mercado y el régimen fiscal beneficioso sería de aplicación.