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BYOD, “utiliza tu dispositivo personal para trabajar”, la nueva revolución.

 | Expansión
Vicente Calle

BYOD es el acrónimo de la expresión inglesa “Bring Your Own Device”, que literalmente significa “trae tu propio dispositivo”. Esta expresión se utiliza en el mundo empresarial para referirse a la respuesta a un nuevo fenómeno originado por los avances tecnológicos y el acceso del gran público a los mismos.

 

La informática de consumo se ha incorporado a pasos agigantados a nuestra vida personal con un alto grado de accesibilidad, flexibilidad y movilidad con un impacto enorme. El número de usuarios personales no para de crecer y desde el ámbito personal se está extendiendo al profesional. Este fenómeno se ve alimentado especialmente por los dispositivos personales, smartphones y tablets, que están sustituyendo al ordenador personal precisamente por esa facilidad en su uso y por su portabilidad (el mercado de tabletas se espera que crezca un 58% en 2013 frente a 2012 comparado con un descenso de un 7% en el de PCs). Tanto en el sistema IOS de Apple como en Android hay multitud de aplicaciones para el trabajo de bajo precio y con un rendimiento profesional espectacular para el usuario medio.

Durante una etapa que denominaremos de “transición”, muchas personas han llevado dos dispositivos, normalmente smartphones, uno para uso personal y otro para uso profesional, sin embargo y por un proceso de “selección o evolución natural” la tendencia lógica es que sólo sobreviva uno y ese suele ser el que más gusta y mejor se entiende, que normalmente coincide con el personal. Se empieza leyendo en el dispositivo privado el correo electrónico profesional y se acaba llevando la agenda, corrigiendo o revisando documentos y datos, revisando precios, archivando en el dispositivo o en la nube, etc.

Tampoco hay que menospreciar en este sentido el factor de “moda” o de agrado en la utilización que favorece claramente al personal sobre los dispositivos facilitados por las empresas. El dispositivo personal de cada individuo se ha convertido también en una expresión pública de su estatus, personalidad, gustos, etc. y a la gente le gusta elegir el suyo propio.

Este Tsunami tecnológico trae consigo nuevos desafíos para las empresas. Por un lado es un movimiento que no parece posible parar y por otro lado es un movimiento que pone en tensión y desafía sus dispositivos actuales de control de datos, información e incluso su potestad y capacidad de dirección.

Hasta la fecha, las empresas se esforzaban en crear entornos cerrados que garantizaran el control de su información, que cumplieran con las obligaciones legales en materia de protección de datos y que les permitieran ejercitar su facultad de dirección y organización del trabajo. Ahora ese entorno protegido y conocido se abre de manera natural e inevitable y esto plantea muchos desafíos. Se plantean temas de seguridad como el archivo de información fuera del entorno de la empresa, (en los dispositivos y en la nube), el uso de software no autorizado (Apps de todo tipo no sólo profesionales sino personales incluso utilizados habitualmente por hijos, miembros de la unidad familiar y amigos), la retención en los dispositivos de claves de acceso a los sistemas, la posible pérdida de los dispositivos, etc. También se plantean cuestiones legales muy relevantes ya que uno de los principios básicos sobre los que asienta la doctrina de los tribunales relativa al control del empresario sobre estos dispositivos o medios técnicos es que “son propiedad” de la empresa, así lo fija la Sentencia del Tribunal Constitucional de 17 de diciembre de 2012 señala que “ En el marco de dichas facultades de dirección y control empresariales no cabe duda de que es admisible la ordenación y regulación del uso de los medios informáticos de titularidad empresarial por parte del trabajador, así como la facultad empresarial de vigilancia y control del cumplimiento de las obligaciones relativas a la utilización del medio en cuestión, siempre con pleno respeto a los derechos fundamentales.” En el nuevo entorno del BYOD, los medios ya no serán titularidad de la empresa, por lo que será necesario revisar contratos, procesos y políticas para ejercer correctamente ese control e incluso poder exigirlo judicialmente si fuera necesario. Desde el punto de vista práctico también se plantean nuevos problemas, así por ejemplo, uno de los primeros temas importantes que se han tenido que abordar es que los dispositivos son mucho más fáciles de extraviar que un PC, lo que lleva a que se instalen como parte de esas políticas, software capaces de borrar por completo el dispositivo personal a distancia por completo, lo que exige un consentimiento previo del empleado.

Con todo, cada vez más compañías ponen en marcha programas que canalizan este movimiento y permiten la posibilidad de este doble uso, tanto como respuesta a peticiones de sus propios empleados como para perseguir un ahorro de costes y una seguridad en sus sistemas. Es una nueva necesidad que requiere cambios en múltiples aspectos de la empresa que permitan aprovechar sus ventajas y minimizar sus riesgos.