Los procesos de transformación digital tienen consecuencias variadas en el ámbito de la fiscalidad, como son la cualificación para beneficiarse de incentivos fiscales tecnológicos (patent box y deducciones por I+D+i) o por desplazamiento de personal a otros países, la correcta aplicación del Impuesto sobre la Renta de No Residentes y del Impuesto sobre Sociedades o, incluso, la propia fiscalidad personal del socio de la empresa en cuestión.