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  • Lissa Parra

martes, 15 de noviembre de 2022

La integración de las bolsas de valores de Chile, Perú y Colombia puede ser uno de los proyectos más ambiciosos de la historia reciente del mercado de valores latinoamericano, ya que busca promover su internacionalización y fortalecer su posición a nivel regional. La iniciativa es liderada por la Bolsa de Valores de Colombia, entidad que se ha caracterizado por tener un rol influyente en la promoción y desarrollo del mercado, y corresponde a la evolución natural de lo que se conoce como el Mercado Integrado Latinoamericano (Mila).

¿Esta es la primera iniciativa de internacionalización del mercado?

Hace más de 11 años, las bolsas y los depósitos de los tres países unieron esfuerzos con el objetivo de lograr que sus inversionistas locales participaran directamente en cada uno de los mercados. Sin embargo, aspectos regulatorios de índole cambiaria, tributaria y financiera, desincentivaron la negociación a través de Mila, a pesar de que se lograron avances normativos, como la posibilidad de que cualquier tipo de valor pueda ser negociado a través de este mecanismo o el reconocimiento de las ofertas públicas que se realicen en cada país.

Haciendo frente a estos retos y con la entrada de México a Mila, las bolsas decidieron habilitar sus sistemas de negociación de valores extranjeros para permitir que sus valores se negocien en cada uno de los foros. Por ejemplo, Mercado Global Colombiano permite que se negocien acciones chilenas a través de sociedades comisionistas con una compensación y liquidación en pesos colombianos.

¿Cuál es el objetivo de la integración y su principal reto?

La integración de las bolsas tiene por objetivo crear un sistema único de negociación en el cual se transen los valores inscritos en cada uno de los tres países, ofreciendo un acceso directo para los inversionistas a los tres mercados de manera simultánea, con un esquema de compensación y liquidación de operaciones eficiente y centralizado.

Dejando a un lado los retos tecnológicos inmersos en este proyecto, el principal desafío consiste en lograr una armonización regulatoria o siquiera un cierre de brechas para el funcionamiento de un mercado de capitales transfronterizo, y asegurar una actuación coordinada de reguladores y supervisores, una vez la integración tenga lugar. Para ello, será fundamental el rol activo de los mismos, pues esta iniciativa de origen privado tendrá un impacto significativo en el ejercicio de sus funciones.

Es de destacar que el Gobierno Nacional ha hecho evidente su apoyo a la iniciativa, pues además de reconocer sus ventajas, recientemente, expidió los decretos 53 y 1387 de 2022 que autorizan a los establecimientos de crédito, las sociedades fiduciarias y las sociedades comisionistas a tener acciones en sociedades matrices internacionales resultantes de la integración de bolsas de valores.

¿En qué va la integración?

La integración desde el frente corporativo inicia con una escisión de los negocios de la Bolsa de Comercio de Santiago, la cual implica el surgimiento de una nueva sociedad con 80% del capital de esta bolsa, mientras que la sociedad existente continuará operando el negocio bursátil, con 20% de capital restante. Esta operación fue aprobada por la Comisión para el Mercado Financiero de Chile en septiembre.

Posteriormente, a un nuevo vehículo creado en Chile, se le aportará el negocio bursátil en cabeza de la Bolsa de Comercio de Santiago, y los accionistas de las bolsas de Perú y Colombia aportarán sus acciones, según la relación de intercambio preestablecida. Finalmente, este vehículo se fusionará con la sociedad que nació de la escisión de la Bolsa de Comercio, conformando así un holding regional que será la matriz de las tres bolsas y todas sus compañías, y cuyos accionistas serán los accionistas de las bolsas.

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