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Los abogados del mañana

 | Diario Sur - "Quién es quién"
Aurelio López López

Tomo prestado el título del reciente trabajo del profesor Richard Susskind (“Tomorrow´s Lawyers”), considerado algo así como el Nostradamus de la abogacía, para enmarcar algunas reflexiones sobre el futuro de nuestra profesión, ciertamente extensibles y aplicables en gran medida a otros ámbitos profesionales relacionados con el asesoramiento a empresas.

 

No cabe duda que la abogacía (en especial la relativa al derecho de empresas) está resistiendo, no sin importantes esfuerzos y con serios ajustes en sus estructuras y forma de prestar sus servicios, las acometidas de la crisis mejor que otros sectores y profesiones. No saldremos indemnes, y además que nadie piense que una vez se supere, el ejercicio profesional volverá a ser como antes.

Profetiza Susskind que en las próximas dos décadas la práctica del Derecho experimentará más cambios, y más profundos, que los habidos en los dos últimos siglos.

No cabe duda que en los tiempos que vivimos todo es mucho más complejo. Los cambios son constantes e intensos. Nos pasan muchas más cosas y en menos tiempo.

Fenómenos como la globalización (las fronteras nacionales son cada vez más porosas, y sin embargo el Derecho avanza muy lenta y perezosamente), la tecnología – que ha puesto el mundo “en la yema de nuestros dedos”, como le oía hace poco decir al maestro D. Manuel Olivencia- la liberalización de servicios (no sólo serán los abogados quienes presten servicios legales), tienen y tendrán una decisiva influencia en el ejercicio profesional.

Viene muy a propósito la cita de Graham Bell: “Cuando una puerta se cierra, otra puerta se abre, pero muchas veces miramos tanto tiempo, lamentándonos, la puerta cerrada, que no vemos las que se abren para nosotros”. Son muchos los retos, pero también serán muchas las oportunidades.

Hemos pasado ya a la que se denomina la Era del cliente, mucho más exigente, y donde la tecnología les facilita como nunca antes la mejor formación e información.

Los clientes demandan abogados profesionales, competentes, con visión transversal, que entiendan y conozcan sus negocios, proactivos, creativos, y con capacidad para resolver sus problemas. Y ello con el reto del “más por menos”, más y mejores servicios al menor coste.

Satisfacer esas necesidades exigirá en casi todos los casos el trabajo en equipo, ahondar en la especialización (y no sólo en las disciplinas estrictamente jurídicas). Se necesitarán abogados con formación internacional, con dominio de idiomas y de sistemas jurídicos diversos, capaces de gestionar proyectos sofisticados (y no sólo resolver asuntos), y en un entorno en el que la tecnología jugará un papel esencial.

¿Y qué hacer para salir airosos? Permítanme acudir a otra cita, de un famoso jugador de hockey canadiense (Wayne Gretzky), quien aconsejó: “Patina hacia donde va el disco, y no donde ha estado antes”. ¡Ese es el reto de los abogados y profesionales del mañana!