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La Unión hace la Fuerza

 | Ideal de Granada
Isidro Torres González

En nuestro país, hablar de la crisis económica que nos azota se está convirtiendo en un tema demasiado manido, pero es que transcurren los años y no logramos alcanzar a ver “la luz al final del túnel”.

 

Aunque los efectos más dramáticos se están advirtiendo en la economía de las familias no debemos olvidar los efectos devastadores que también está causando en el tejido empresarial de nuestro país. Simplemente por dar un dato, según las últimas estadísticas a las que hemos tenido acceso, durante el ejercicio 2012, el número de concursos de acreedores en España se incrementó en un 35%, de los cuales, aproximadamente el 90% acabó en liquidación.

Pero no vamos a hablar hoy de los famosos concursos.

¿Quién no conoce la frase “La unión hace la fuerza”? Pues bien, esta frase popular que se refiere al poder que alcanzan las personas cuando trabajan conjuntamente para lograr un objetivo común cobra, si cabe, más relevancia en estos momentos.

En los últimos años se ha advertido una tendencia hacia la integración en diferentes sectores económicos de nuestro país, sirva de ejemplo a estos efectos la concentración producida en el sector bancario.

La crisis ha llevado a las empresas españolas a “unir sus fuerzas” para hacer frente a esta difícil situación económica.

Así, por ejemplo, pequeñas y medianas empresas con una contrastada experiencia en su sector pero con dificultades para acceder a la financiación necesaria para desarrollar su actividad, han iniciado procesos de integración con compañías de iguales o similares características o con entidades de mayor tamaño pero sin implantación en el sector o en la zona geográfica en la que la primera desarrolla su actividad. El objetivo que se persigue suele ser alcanzar las sinergias necesarias para continuar explotando su negocio o hacerlo en mejores condiciones.

Nadie puede asegurar el éxito de estos procesos, pero la experiencia nos dicta que uno de los aspectos que conviene no descuidar es el aspecto jurídico. El determinar claramente los términos y condiciones de la integración, entre otros, aspectos tan importantes como el objetivo, las aportaciones, las relaciones jurídicas entre las partes, sus derechos y obligaciones y el retorno esperado, puede permitir que éstas dejen a un lado los recelos iniciales que se suelen generar y se centren en lo verdaderamente importante, el desarrollo del negocio conjunto.