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La clonación terapéutica y sus implicaciones jurídico-éticas, a debate

Las fundaciones Sanitas y Garrigues celebraron la 5ª Jornada Biomed

El avance científico de las técnicas de transferencia nuclear de células somáticas adultas de origen humano, también conocida como clonación terapéutica, y sus implicaciones tanto jurídicas como éticas centraron el debate de la quinta Jornada Biomed, que la Fundación Garrigues y la Fundación Sanitas celebraron en Madrid.

El avance científico de las técnicas de transferencia nuclear de células somáticas adultas de origen humano, también conocida como clonación terapéutica, y sus implicaciones tanto jurídicas como éticas centraron el debate de la quinta Jornada Biomed, que se celebró ayer por la tarde en Madrid.

Organizada por la Fundación Garrigues y la Fundación Sanitas, en esta jornada destacados expertos en la materia trataron de contribuir a una clarificación de la actual situación de la transferencia nuclear, una técnica que tiene como fin obtener células troncales embrionarias para su uso terapéutico y que “todavía se encuentra en fase inicial de desarrollo”, en palabras del doctor Miodrag Stojkovic, responsable del Laboratorio de Reprogramación Celular del Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia.

Stojkovic y su equipo se encuentran inmersos en un ambicioso proyecto para definir y mejorar los métodos necesarios para aplicar, de forma segura y eficaz, la transferencia nuclear en humanos en la cura de patologías genéticas como la epilepsia infantil y la paraplejia espástica hereditaria.

Mientras la utilización de células madre adultas no se cuestiona, el uso de células madre embrionarias con fines terapéuticos sigue dividiendo a la sociedad. Aunque menos polémica que la clonación humana con fines reproductivos, la clonación de células madre por transferencia de núcleos celulares (SCNT, según sus siglas en inglés) también tiene sus detractores.

La razón habría que buscarla en la mala utilización del término clonación terapéutica para referirse a la transferencia nuclear, pues como comentó Víctor González, biólogo y miembro de la Dirección General de Terapias Avanzadas y Transplantes del Ministerio de Sanidad y Consumo, “no podemos llamar clonación terapéutica a una simple transferencia de un núcleo de una célula de un paciente porque no existe clonación y hoy por hoy, dista bastante de ser terapéutica, aunque esperemos que en unos años pueda serlo”.

Tras la aprobación, la semana pasada, en Estados Unidos de los primeros ensayos clínicos con células madre embrionarias en humanos, según Víctor González “cada vez está más cerca que podamos ver un proyecto similar en nuestro país, aunque la investigación con este tipo de células, capaces de regenerar cualquier tejido, siempre ha estado rodeada de polémica”.

Una controversia que ha llevado a los investigadores a la utilización de otro tipo de técnicas para obtener células troncales con las mismas características que las embrionarias, como la transferencia nuclear, la fusión y la reprogramación celular para la obtención de células madre pluripotentes inducidas (iPS, en inglés), cuyo uso terapéutico está próximo. Aunque son más fáciles de utilizar y pueden adaptarse a todo tipo de tejidos, tampoco están exentas de problemas éticos, al ser funcionalmente semejantes a las células embrionarias.

Marcelo Palacios, presidente de la Sociedad Internacional de Bioética (SIBI), ex diputado y miembro de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, cree que “muchos de estos problemas éticos se derivan de la falta de diferenciación clara que existe, tanto en la sociedad como en la Ley de Investigación Biomédica, entre la célula resultante de una fertilización y célula resultante de una transferencia nuclear, entre el cigoto y lo que se ha bautizado como nuclóvulo”. Para que esto no suceda, la transferencia nuclear debe cumplir, en opinión del doctor Palacios, “tres requisitos fundamentales: ser eficaz, segura y éticamente admisible”.

Los doctores Stojkovic como Palacios estuvieron de acuerdo en que no hay que desechar ninguna vía de investigación con células madre, embrionarias, adultas o iPS, siempre que tengan un fin terapéutico, pues todavía es pronto para conocer las aplicaciones futuras que podrán tener. En palabras del presidente del SIBI, “aún estamos lejos de conseguir la célula madre universal o ideal que exige la ética y la ciencia: fácilmente identificable, autorenovable, intemporal, pluripotencial, que admita manipulación genética y no sea tumorogenica ni transmita mutaciones”.